LA ENFERMEDAD PERFECTA


Dormí ayer pensando en el tintineo de la luz del monitor del computador; un segundo prendía, otro segundo apagaba. Cerré los ojos. Un segundo prendía en mi mente, otro apagaba.

Once de la noche, parece buena hora, ni tan par, pero menos impar. Me levanté, apagué el monitor, apagué la impresora (me molestaba la luz), regresé a la cama.

Once y tres, mal augurio. Miro al techo y trato de dormir, no me siento cómodo, pero tampoco puedo dormir en posición fetal, es mal augurio.

Duermo en posición fetal.

¿Y ahora? Dormí cuatro horas con veintiún minutos y en posición fetal, todo va mal, todo va mal. No importa, o sí, o no, uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro. Mi índice con mi pulgar. Uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro. Me levanto, enciendo la lámpara, lo dejo encendida o la apago, la enciendo, la apago, la enciendo y l apago, cuatro veces. Bien, debo bañarme, han pasado dieciocho horas con veinticuatro. Siento la suciedad en mis manos, en las palmas, recorre mi índice, se posa en mi pulgar. Busco las sandalias, la izquierda debe estar centímetros más arriba de la derecha, bien, muy bien, primero pie izquierdo, uno, dos, tres, cuatro, luego pie derecho, uno, dos, tres, cuatro. Quién dijo que era malo levantarse en el pie izquierdo. Seis y veinte, seis y veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés, veinticuatro. Diez minutos para bañarme, número par, número par. Me levanto, agarro mi bata, abro la puerta, mano izquierda, la dejo entrecerrada, voy al otro cuarto, abro, camino, prendo la luz, no tengo ganas de orinar, pero tengo que, si no se rompe el ciclo y no, ya dormí en posición fetal. El tiempo pasa y olvidé mi teléfono para contar los minutos; ¿Uno?, ¿dos?, ¿tres?, ¿cuatro? Estoy frente a la ducha, volteo a verme al espejo, volteo a ver a la ducha; el agua fría en invierno quema un poco. Uno, dos, tres, cuatro. Ya, ya, ya, ya. No va a calentar, ojalá pudiera, ojalá pudiera. Ya. Uno, dos, tres, cuatro, abro la llave, el chorro de agua primero tiene que tocar mis manos, y luego mi cabello, se funde con todo mi cuerpo.

Aún sigo pensando si es que los números pares van a conspirar a mi favor. Uno, dos. Uno, dos, tres, cuatro.

Salgo de la ducha, pie izquierdo, pie derecho, lávate los dientes, está bien, primero la fila de abajo, derecha a izquierda, luego la fila de arriba, izquierda a derecha, lengua, paladar, escupe, escupo, bebo cuatro chorros de agua, me enjuago dieciséis veces y escupo cuatro veces,

Uno,

Dos,

Tres,

Cuatro,

Número par, muy bien,

Muy bien…

Todo va bien,

Todo va bien.

Comentarios